El papel es paciente por naturaleza, no espera a nadie, no espera nada de nadie. Le da igual si cometes errores o aciertos, pérdidas o éxitos, el papel solo está ahí, paciente, para recibirte si tu quieres, para regalarle un poco de tinta, unas letras, unos números, y por qué no...unos acordes, o incluso un trazado que sesgue todo lo que pienses; dinero, tristeza, alegria, amor...
El papel acepta todo lo que estés dispuesto a darle, por eso me gusta el papel, y lo que a mi me toca darle, de vez en cuando son sentimientos, tan crudos y reales como los que sacuden mi cuerpo, mi mente, y escribirlos de la forma mas simple posible, sin más añadidos ni emulgentes, solo la simpleza de lo que nuestras conexiones cerebrales interaccionan.
Espero que al papel le guste lo que voy a construir entre sus fibras , porque soy incapaz de darle ahora mismo otra cosa. Me gusta expresarme con la música, así también puedo volcar en e papel acordes llenos de ritmo y electricidad, que invadieran el aire de una brisa y calidez que hecho de menos.
Muchos deberían conocer el prospecto del papel: recomendado contra la intoxicación, la obsesión por ganar, la violencia.
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